El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad, pero
normalmente se basa en la valvuloplastia (p. ej., comisurotomía
percutánea, valvulotomía) o la cirugía (p. ej., comisurotomía quirúrgica, reparación
valvular). Se utilizan dos tipos de prótesis valvulares: bioprotésica (porcina)
y mecánica (fabricada).
Tradicionalmente, las válvulas mecánicas se han utilizado en
los pacientes < 65 años y los ancianos con una larga esperanza de vida
porque las válvulas bioprotésicas se deterioran.
Las válvulas bioprotésicas exigen anticoagulación
permanente con un índice internacional normalizado (IIN) de 2,5 a 3,5
(para evitar la tromboembolia) y antibióticos antes de algunas intervenciones médicas
o dentales para evitar la endocarditis.
Las nuevas válvulas bioprotésicas pueden ser más duraderas
que las de primera generación.