Si se sospecha el diagnóstico, el tratamiento empírico consiste
en antibióticos, basándose en los patrones de sensibilidad local, los factores
de riesgo específicos del paciente y las condiciones habituales de la
neumonía en el adulto.
El uso indiscriminado de los antibióticos contribuye
a la aparición de resistencia a los mismos. Por lo tanto, el tratamiento puede iniciarse
con el uso de antibióticos de amplio espectro, que se sustituirán por el fármaco
más específico disponible para los patógenos habituales.
Otras estrategias para limitar la resistencia, que no han
demostrado tener eficacia, comprenden la suspensión de los antibióticos durante
72 horas y el tratamiento con los antibióticos elegidos empíricamente o bien
la realización de un cultivo de esputo.
Existen varias pautas, pero todas deben comprender antibióticos
eficaces contra los organismos gramnegativos y grampositivos resistentes.