El tratamiento de la migraña suele consistir en medicación
apropiada, dormir al menos ocho horas con regularidad y evitar las sobrecargas
de trabajo.
Una explicación completa del trastorno ayuda a entender que, aunque la migraña no
puede curarse, puede controlarse, lo que permite una mayor implicación del paciente
en el tratamiento.
Se insta a los pacientes a llevar un diario de la cefalea por escrito para
documentar el número y la fecha de las crisis, los posibles desencadenantes y las
respuestas al tratamiento.
Habrá que eliminar los factores desencadenantes
identificados cuando sea posible.
Las intervenciones conductuales (biorretroalimentación, control
del estrés, psicoterapia) se utilizan cuando el estrés es un importante desencadenante
o cuando hay un uso excesivo de analgésicos.
El tratamiento de la migraña aguda se basa en la frecuencia,
la duración y la gravedad de las crisis. Para las crisis de leves a moderadas se
utilizan AINE o acetaminofeno. Los analgésicos que contienen opioides,
cafeína o barbitúricos son útiles para las crisis poco frecuentes
y leves, pero son susceptibles de un uso excesivo, lo que a veces lleva a
un tipo de síndrome de cefalea diaria por uso excesivo de fármacos.
Los opioides deben utilizarse como último recurso (fármaco
de rescate) y para la cefalea intensa cuando otras medidas son ineficaces.
Los antieméticos sólo pueden utilizarse para aliviar las crisis leves o moderadas.
En las crisis graves, si las crisis evolucionan hacia migraña incapacitante o
si son graves desde el principio, se utilizan triptanos.
Los triptanos son agonistas de los receptores de la
serotonina. No son analgésicos per se,
pero bloquean específicamente la liberación de neuropéptidos vasoactivos que
activan el dolor de la migraña. Son más eficaces cuando se toman desde el
inicio de las crisis. Están disponibles por vía oral, intranasal y subcutánea, que es
más eficaz pero tiene más efectos adversos. El uso excesivo de los triptanos
también puede provocar cefalea.
Una vez aparecen las náuseas, se combina un
triptano con un antiemético, pero los fármacos son más eficaces al inicio de las
crisis.
Los fármacos como la dihidroergotamina pueden causar constricción de la arteria
coronaria y, por lo tanto, están contraindicados en pacientes con enfermedad
coronaria o hipertensión arterial incontrolada. Estos fármacos deben utilizarse
con precaución en pacientes mayores y en pacientes con factores de riesgo
vasculares.
Los mismos fármacos utilizados para prevenir la migraña episódica se
utilizan para tratar la migraña crónica.