MIGRAÑA

ENFERMEDAD MIGRAÑA

La migraña se considera un síndrome de dolor neurovascular con alteración del procesamiento neuronal central (activación del tronco encefálico, hiperexcitabilidad de los núcleos corticales y propagación de la depresión cortical) y afectación del sistema trigeminovascular (disparo de neuropéptidos que causa inflamación dolorosa en los pares craneales y la duramadre).

Se han identificado muchos posibles factores desencadenantes de migraña:

. Beber vino tinto
. Saltarse comidas
. Estímulos aferentes excesivos (p. ej., luces, olores fuertes)
. Cambios de tiempo
. Privación del sueño
. Estrés
. Factores hormonales
. Traumatismo craneal, dolor de cuello o disfunción temporomandibular conjunta.
. Las fluctuaciones de las concentraciones de estrógenos son un potente desencadenante de migraña.

Muchas mujeres experimentan la aparición de la migraña en la menarquia, tienen crisis graves durante la menstruación (migraña menstrual) y sufren un empeoramiento durante la menopausia. En la mayoría de las mujeres, las migrañas remiten durante el embarazo (pero a veces empeoran durante el primer o segundo trimestre). De vez en cuando, los anticonceptivos orales y la hormonoterapia desencadenan o empeoran la migraña y se han asociado a accidente cerebrovascular en mujeres que tienen migraña con auras.

Un subtipo poco común de migraña, denominada migraña hemipléjica familiar, está asociada a defectos genéticos en los cromosomas 1, 2 y 19. Se está estudiando el papel de los genes en las formas más comunes de migraña.

 

SÍNTOMAS MIGRAÑA

Sensación de que aparecerá dolor de cabeza , a veces ver luces

Por lo general, las auras implican síntomas visuales (p. ej., parpadeo ocular, visión de luces, visión de estrellitas, zonas sin visión). El aura puede persistir después de la aparición de la cefalea, pero algunos pacientes tienen un aura con poca o ninguna cefalea.

Las auras son alteraciones neurológicas temporales previas a la migraña, que pueden afectar a la sensación, el equilibrio, la coordinación muscular, el habla o la visión y suelen durar desde unos minutos hasta una hora.

 

DIAGNÓSTICO MIGRAÑA

El diagnóstico de la migraña se basa en los síntomas característicos, como las auras y los prodromos, y en una exploración física normal, que comprende un examen neurológico minucioso.

Dolor que alcanza la intensidad máxima en pocos segundos y sensación de estallido de la cabeza. Suele aparecer a partir de los 50 años.

Dolores de cabeza que aumentan en intensidad o frecuencia durante un período de semanas o más prolongado.


Habrá que descartar cualquier proceso patológico con estudios de imagen o pruebas neurológicas.

Deben descartarse:

Cáncer (metástasis cerebrales) o un trastorno inmunosupresor (por ejemplo infección por VIH)
Fiebre, meningismo, alteración del estado mental o su combinación
Déficit neurológico focal persistente y edema papilar

TRATAMIENTO MIGRAÑA

El tratamiento de la migraña suele consistir en medicación apropiada, dormir al menos ocho horas con regularidad y evitar las sobrecargas de trabajo.
Una explicación completa del trastorno ayuda a entender que, aunque la migraña no puede curarse, puede controlarse, lo que permite una mayor implicación del paciente en el tratamiento.
Se insta a los pacientes a llevar un diario de la cefalea por escrito para documentar el número y la fecha de las crisis, los posibles desencadenantes y las respuestas al tratamiento.

Habrá que eliminar los factores desencadenantes identificados cuando sea posible. 

Las intervenciones conductuales (biorretroalimentación, control del estrés, psicoterapia) se utilizan cuando el estrés es un importante desencadenante o cuando hay un uso excesivo de analgésicos.

El tratamiento de la migraña aguda se basa en la frecuencia, la duración y la gravedad de las crisis. Para las crisis de leves a moderadas se utilizan AINE o acetaminofeno. Los analgésicos que contienen opioides, cafeína o barbitúricos son útiles para las crisis poco frecuentes y leves, pero son susceptibles de un uso excesivo, lo que a veces lleva a un tipo de síndrome de cefalea diaria por uso excesivo de fármacos. 

Los opioides deben utilizarse como último recurso (fármaco de rescate) y para la cefalea intensa cuando otras medidas son ineficaces.
Los antieméticos sólo pueden utilizarse para aliviar las crisis leves o moderadas.
En las crisis graves, si las crisis evolucionan hacia migraña incapacitante o si son graves desde el principio, se utilizan triptanos.

Los triptanos son agonistas de los receptores de la serotonina. No son analgésicos per se, pero bloquean específicamente la liberación de neuropéptidos vasoactivos que activan el dolor de la migraña. Son más eficaces cuando se toman desde el inicio de las crisis. Están disponibles por vía oral, intranasal y subcutánea, que es más eficaz pero tiene más efectos adversos. El uso excesivo de los triptanos también puede provocar cefalea.

Una vez aparecen las náuseas, se combina un triptano con un antiemético, pero los fármacos son más eficaces al inicio de las crisis.

Los fármacos como la dihidroergotamina pueden causar constricción de la arteria coronaria y, por lo tanto, están contraindicados en pacientes con enfermedad coronaria o hipertensión arterial incontrolada. Estos fármacos deben utilizarse con precaución en pacientes mayores y en pacientes con factores de riesgo vasculares.

Los mismos fármacos utilizados para prevenir la migraña episódica se utilizan para tratar la migraña crónica.

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