El tratamiento de la menopausia es sintomático.
Un buen manejo de esta condición pasa por analizar las causas fisiológicas que
la provoca y los signos y síntomas que genera. Evitar los desencadenantes y el estrés,
realizar ejercicio y técnicas de relajación y, en caso de necesidad,
administrar fármacos son las medidas indicadas.
Para los sofocos, uno de los síntomas más
molestos de la menopausia, se recomienda usar ropa ligera y en capas, que la
mujer puede irse sacando o poniendo en función de la necesidad; mantener un
ambiente fresco; practicar respiración profunda y lenta cuando empiecen, y
realizar técnicas de relajación. Así mismo, hay quien recurre a las hierbas y
los complementos alimentarios (p. ej., soja, cimífuga, etc.), a los
tratamientos farmacológicos no hormonales (inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina e inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina) o a
los tratamientos farmacológicos hormonales.
La hormonoterapia con estrógenos, ya sea por
vía oral, transdérmica o vaginal, solos (mujer histerectomizada) o junto con progestágenos
(si se conserva el útero), puede usarse para aliviar los síntomas menopáusicos de
moderados a intensos, si bien, antes de indicarla, deberá conocerse bien la
relación riesgo-beneficio y tomarse la mejor decisión.