Enfermedad leve o remitente (p. ej., fiebre, artritis, pleuritis, pericarditis, cefalea, erupción cutánea).
Puede necesitar tratamiento. Las artralgias se controlan generalmente con antinflamatorios no esteroideos (AINES). Los antipalúdicos ayudan, sobre todo cuando son prominentes las manifestaciones articulares y cutáneas. La hidroxicloroquina 200 mg/día reduce la frecuencia de brotes de lupus eritematoso sistémico (LES). Otras opciones comprenden cloroquina 250 mg por vía oral 1 vez/día y quinacrina 50 mg/día a 100 mg/día. La hidroxicloroquina rara vez puede causar toxicidad retiniana. Los ojos deben examinarse a intervalos de 12 meses.
Enfermedad grave (anemia hemolítica, púrpura trombocitopénica, afectación pleural y pericárdica masiva, daño renal significativo, vasculitis aguda de las extremidades o el tubo digestivo, afectación del sistema nervioso central).
Los corticoesteroides son el tratamiento de primera línea. Se recomienda una combinación de prednisona e inmunosupresores en el lupus activo que afecta especialmente a las vísceras o los nervios o en la nefritis lúpica activa. La prednisona suele administrarse en dosis de 40 mg/día a 60 mg/día, pero la dosis puede variar según la manifestación del LES. Puede utilizarse azatioprina oral 1 mg/kg a 2,5 mg/kg 1 vez al día o ciclofosfamida oral 1 mg/kg a 4 mg/kg 1 vez al día como inmunosupresor.
En caso de afectación renal, generalmente se administra ciclofosfamida i.v. en lugar de dosis orales diarias; por ejemplo, unos 500 mg/m2 i.v. y mes durante 6 meses.