Independientemente de la etiología, todos los
pacientes con hipertiroidismo pueden controlarse de manera eficaz con tratamiento farmacológico, ya sea con
fármacos antitiroideos (metimazol, cabimazol y propiltiouracilo), ya sea con
bloqueantes de receptores adrenérgicos, con yoduro inorgánico, con
glucocorticoides o con yodo radioactivo.
En pacientes con enfermedad de Graves cuyo
hipertiroidismo recidiva después de la administración de fármacos antitiroideos
y que rechazan el tratamiento con yodo radioactivo, en pacientes que no toleran
los fármacos antitiroideos, en aquellos con bocios muy grandes y en algunos
pacientes más jóvenes con adenoma tóxico y bocio multinodular, la cirugía puede estar indicada, siendo la
tiroidectomía subtotal la técnica quirúrgica de elección. Así mismo, la cirugía
puede indicarse en ancianos con bocios nodulares gigantes.