ENFERMEDAD
HIPERTIROIDISMO
El hipertiroidismo, o tirotoxicosis, es una
situación clínica y analítica que resulta del efecto de cantidades excesivas de
hormonas tiroideas circulantes (triyodotironina o T3 y tiroxina o T4) sobre los
tejidos del organismo y que afecta a un 1% de la población general. Cabe
destacar que, si bien ambos términos son sinónimos, el uso de tirotoxicosis suele reservarse aquellas
situaciones en las que el exceso de hormonas tiroideas tiene un origen
extratiroideo (p. ej., ingesta excesiva de medicación con hormona tiroidea).
La enfermedad
de Graves, caracterizada por la asociación de hipertiroidismo, bocio difuso
y síntomas extratiroideos oftálmicos (oftalmopatía infiltrante) y dérmicos (mixedema
pretibial), es la causa más frecuente de hipertiroidismo en el adulto en edades
medias de la vida y en mujeres jóvenes. Se trata de una enfermedad
multisistémica de origen autoinmunitario en la que se genera un autoanticuerpo frente
al receptor tiroideo de la hormona tiroideoestimulante (TSH) que estimula y
promueve la síntesis y la secreción continua de una cantidad excesiva de T3 y T4.
El bocio
multinodular hiperfuncionante es la causa más frecuente de
hiperparatiroidismo en el anciano.
La mayoría de los síntomas y signos son
comunes a todas las causas de hipertiroidismo. Las excepciones son la
oftalmopatía y la dermopatía infiltrantes, que se desarrollan en los pacientes
con enfermedad de Graves.
La exposición de los tejidos a cantidades
elevadas de hormonas tiroideas condiciona un estado catabólico, con aumento del
consumo de oxígeno e incremento del tono simpático, que marca la sintomatología
general de este tipo de paciente: aspecto pletórico, nerviosismo, labilidad
emocional, hiperactividad, disminución del rendimiento, cansancio, debilidad,
sudoración excesiva, intolerancia al calor, mayor frecuencia de movimientos
intestinales, aumento del apetito, pérdida de peso e insomnio. Los signos
pueden incluir piel caliente y húmeda, temblores, taquicardia, presión
diferencial amplia, fibrilación auricular y palpitaciones.
La oftalmopatía
infiltrante puede desarrollarse varios años antes o después de la identificación
del hipertiroidismo, y se caracteriza por la presencia de dolor orbitario,
lagrimeo, irritación, fotofobia, aumento del tejido retroorbitario, exoftalmos
e infiltrado linfocítico de los músculos extraoculares, responsable del
desarrollo de debilidad muscular que a menudo genera visión doble.
La dermopatía
infiltrante, conocida también como mixedema pretibial, se caracteriza
por un infiltrado no compresible, generalmente en el área pretibial, que suele
provocar prurito y eritema en sus primeros estadios para, posteriormente, edematizarse
y endurecerse.
SÍNTOMAS
HIPERTIROIDISMO
La sudoración,
conocida también como transpiración, es una función
esencial para mantener la temperatura corporal y consiste en la liberación de
un líquido formado por agua, sales minerales y otras sustancias por
parte de las glándulas sudoríparas del cuerpo.
El exoftalmos, popularmente conocido como ojos saltones, es la protrusión anormal de uno o ambos globos oculares, y suele relacionarse con algunas enfermedades tiroideas
La hiperactividad es un aumento de actividad física excesiva, fuera de lo habitual y que describe
una situación propia de algunas enfermedades en las que se produce una
secreción hormonal excesiva, como en el tiroides en el hipertiroidismo.
La fatiga es una falta de energía y de motivación, secundaria a un esfuerzo físico
importante, a estrés emocional, al aburrimiento o a falta de sueño. Puede
aparecer de manera brusca y desaparecer en un corto período de tiempo o bien cronificarse, en cuyo caso deberá evaluarla un médico para descubrir las causas que la provoca.
DIAGNÓSTICO
HIPERTIROIDISMO
La anamnesis, la exploración física y las
pruebas de función tiroidea son los tres puntales del diagnóstico.
La medición de la concentración sérica de tirotropina u hormona estimulante del tiroides (TSH), hormona producida por la
hipófisis que ordena a la glándula tiroides producir y secretar las hormonas
tiroideas a la sangre, es el método de cribaje inicial. Salvo en casos poco
frecuentes (adenoma hipofisario secretor de TSH o resistencia hipofisaria a las
hormonas tiroideas), en los pacientes hipertiroideos, la TSH está suprimida.
La confirmación diagnóstica del
hipertiroidismo requiere la determinación del índice de T4 libre. La concentración de T4 libre está elevada en el
hipertiroidismo, si bien puede ser normal en determinadas situaciones. Así, si
la concentración de T4 libre es normal y la de TSH es baja en un paciente con
signos y síntomas sutiles de hipertiroidismo, deberá medirse la concentración
sérica de T3 para detectar una
toxicosis por T3, dado que el aumento de la concentración confirmará el
diagnóstico.
En caso de querer realizar un diagnóstico
etiológico del hipertiroidismo, podrá solicitarse una prueba de captación de yodo radiactivo, una gammagrafía tiroidea o
una determinación de autoanticuerpos
(antitiroglobulina, antiperoxidasa y estimulantes del tiroides).
TRATAMIENTO
HIPERTIROIDISMO
Independientemente de la etiología, todos los
pacientes con hipertiroidismo pueden controlarse de manera eficaz con tratamiento farmacológico, ya sea con
fármacos antitiroideos (metimazol, cabimazol y propiltiouracilo), ya sea con
bloqueantes de receptores adrenérgicos, con yoduro inorgánico, con
glucocorticoides o con yodo radioactivo.
En pacientes con enfermedad de Graves cuyo
hipertiroidismo recidiva después de la administración de fármacos antitiroideos
y que rechazan el tratamiento con yodo radioactivo, en pacientes que no toleran
los fármacos antitiroideos, en aquellos con bocios muy grandes y en algunos
pacientes más jóvenes con adenoma tóxico y bocio multinodular, la cirugía puede estar indicada, siendo la
tiroidectomía subtotal la técnica quirúrgica de elección. Así mismo, la cirugía
puede indicarse en ancianos con bocios nodulares gigantes.