Por lo general, la diverticulosis esofágica no requiere tratamiento.
Generalmente, no es necesario un tratamiento específico, aunque a veces es necesaria la resección de los divertículos grandes o sintomáticos.
Los divertículos asociados a trastornos de la motilidad exigen el tratamiento del trastorno primario. Por ejemplo, en algunos casos es necesaria una miotomía del músculo cricofaríngeo con resección del divertículo de Zenker.