El tratamiento del desprendimiento de retina debe ser
inmediato y es imperativo si es un desprendimiento agudo y hemorrágico, dado
que es una amenaza para la visión central.
El tratamiento del desprendimiento
hemorrágico puede comprender el sellado de los agujeros de la retina (por
láser, diatermia o crioterapia) o el tratamiento intraocular.
• Desplazamiento de la esclerótica,
empujando la retina hacia adentro para aliviar de ese modo la tracción del
vítreo en la retina
• Retinopexia neumática (inyección de gas)
• Vitrectomía para el reposicionamiento quirúrgico
La uveítis puede responder a los corticoesteroides
sistémicos, los fármacos sistémicos (p. ej., metotrexato, azatioprina, fármacos
contra el factor de necrosis tumoral) o a un implante de liberación lenta de
corticoesteroides, que se coloca en el ojo mediante cirugía.
Las neoplasias malignas neovascularizantes primarias y
metastásicas también requieren tratamiento.
Los hemangiomas neovascularizados pueden responder a la fotocoagulación localizada.
Cualquier paciente con desprendimiento de retina sospechado
o confirmado debe ser examinado urgentemente por un oftalmólogo.