El tratamiento consiste en la colecistectomía laparoscópica de los cálculos sintomáticos.
Para los cálculos asintomáticos se aplica una conducta expectante y a veces la disolución de los cálculos.
En la mayoría de los pacientes asintomáticos, puede decidirse si la eliminación de un órgano que no puede causar enfermedad clínica compensa las molestias y los riesgos de la cirugía programada.
Sin embargo, si se presentan síntomas, debe extirparse la vesícula biliar (colecistectomía). La intervención está indicada porque es probable que el dolor se repita y aparezcan complicaciones graves.
La cirugía puede realizarse con una técnica abierta o laparoscópica.
La colecistectomía abierta, que implica una gran incisión abdominal y la exploración directa, es segura y eficaz. La tasa de mortalidad global es de aproximadamente el 0,1% cuando se realiza de forma programada durante un período sin complicaciones.
La colecistectomía laparoscópica es el tratamiento de elección. Con el uso del endoscopio y el instrumental a través de pequeñas incisiones abdominales, el procedimiento es menos agresivo que la colecistectomía abierta. El resultado es una convalecencia mucho más corta, la disminución del dolor postoperatorio y mejores resultados estéticos, pero sin un aumento de la morbilidad o la mortalidad.
La colecistectomía laparoscópica se convierte en un procedimiento abierto en el 2% al 5% de los pacientes, generalmente debido a que no puede identificarse la anatomía biliar o no puede controlarse una complicación.
La edad avanzada generalmente aumenta los riesgos de cualquier tipo de cirugía.
La colecistectomía previene eficazmente el cólico biliar futuro, pero es menos eficaz para prevenir los síntomas atípicos como la dispepsia. La colecistectomía no da lugar a problemas nutricionales ni a la necesidad de limitar la alimentación. Algunos pacientes presentan diarrea, a menudo debido a la malabsorción de las sales biliares en el íleon.
La colecistectomía profiláctica en los pacientes asintomáticos con colelitiasis no está justificada, excepto en aquellas personas con cálculos biliares muy grandes (> 3 cm) o aquéllos con una vesícula calcificada (vesícula biliar), debido a un mayor riesgo de carcinoma de vesícula biliar.
Para los pacientes que rechazan la cirugía o que tienen un alto riesgo quirúrgico (p. ej., a causa de trastornos médicos concomitantes o edad avanzada), los cálculos vesicales a veces pueden disolverse con la ingesta de ácidos biliares por vía oral durante varios meses. Los mejores candidatos para este tratamiento son los pacientes que tienen pequeños cálculos radiotransparentes (más probable si están compuestos de colesterol) en la vesícula biliar que no han obstruido el funcionamiento normal del llenado en una colecistogammagrafía o colecistografía oral o que no tienen cálculos en el cuello vesical.
El ácido ursodesoxicólico por vía oral disuelve el 80% de los cálculos pequeños < 0,5 cm de diámetro en un período de 6 meses. Para cálculos más grandes (la mayoría), la tasa de éxito es mucho menor, incluso con dosis más altas de ácido ursodesoxicólico.
Por otro lado, después de la disolución satisfactoria, vuelven a aparecer cálculos en un 50% de los pacientes al cabo de 5 años. Por lo tanto, la mayoría de los pacientes no son candidatos a este tratamiento y se prefiere la colecistectomía laparoscópica.
Sin embargo, el ácido ursodesoxicólico tiene utilidad en la prevención de la formación de cálculos en pacientes con obesidad mórbida que pierden peso rápidamente después de la cirugía bariátrica o con una dieta muy baja en calorías.