Por lo general, las auras implican síntomas visuales (p. ej., parpadeo ocular, visión de luces, visión
de estrellitas, zonas sin visión). El aura puede persistir después
de la aparición de la cefalea, pero algunos pacientes tienen un aura con poca o
ninguna cefalea.
Las auras son alteraciones neurológicas temporales previas a la migraña, que pueden afectar a
la sensación, el equilibrio, la coordinación muscular, el habla o la
visión y suelen durar desde unos minutos hasta una hora.