Además del tratamiento de cualquier causa subyacente y la colocación de un audífono, los niños con pérdida auditiva necesitan apoyo para el desarrollo del lenguaje con la terapia adecuada. Dado que los niños deben escuchar el lenguaje para aprenderlo de manera espontánea, la mayoría de los niños sordos desarrollan el lenguaje sólo con formación especial, tan pronto como se identifica la pérdida auditiva (una excepción sería un niño sordo criado con unos padres sordos que utilizan la lengua de signos).
Los bebés sordos deberán recibir entrenamiento lingüístico. Por ejemplo, una lengua de signos visuales puede proporcionar una base para el posterior desarrollo del lenguaje oral.
Los niños ≥ 6 meses con pérdida auditiva bilateral profunda que no pueden beneficiarse de audífonos generalmente son candidatos a un implante coclear.
A pesar de que los implantes cocleares permiten la comunicación auditiva en muchos niños con sordera congénita o adquirida, parecen ser más eficaces en los que ya han desarrollado el lenguaje.
Los niños que tienen sordera posmeningítica con un oído interno atrofiado deberían recibir implantes cocleares de manera precoz para maximizar su eficacia.
En los niños con el nervio acústico destruido por un tumor puede ayudar la implantación de electrodos de estimulación auditiva en el tronco cerebral. Los niños con implantes cocleares pueden tener un riesgo ligeramente mayor de meningitis que los niños sin implantes cocleares.
Los niños con sordera unilateral deben utilizar un sistema especial en la escuela, como por ejemplo un dispositivo auditivo de FM. Con estos sistemas, el profesor habla por un micrófono que envía señales a un audífono en el oído no afectado del niño. Estos sistemas mejoran enormemente la capacidad del niño para escuchar el discurso cuando hay ruido de fondo.