El alivio sintomático de la congestión nasal puede obtenerse
con descongestionantes tópicos u orales. Los descongestionantes tópicos comprenden
oximetazolina, dos pulverizaciones en cada fosa nasal una vez al día durante tres
días. Los descongestionantes orales comprenden la seudoefedrina. Habría que
evitar su uso prolongado.
Se tratan las afecciones específicas. De este modo, la rinorrea
vírica puede tratarse con antihistamínicos por vía oral (p. ej., difenhidramina),
que están recomendados por sus propiedades anticolinérgicas no vinculadas a sus
propiedades como bloqueantes H2.
La congestión y la rinorrea alérgica pueden tratarse con antihistamínicos. En
este caso, los antihistamínicos no anticolinérgicos (p. ej., fexofenadina) evitan
o provocan menos efectos adversos.
Los corticoesteroides nasales (p. ej., mometasona) también
ayudan en el tratamiento de las afecciones alérgicas.
Los antihistamínicos y descongestionantes no son recomendables para niños menores
de seis años.
Los antihistamínicos pueden tener efectos sedantes y
anticolinérgicos y deben administrarse en dosis bajas en el anciano. Del
mismo modo, los simpaticomiméticos deben utilizarse en dosis más bajas que las clínicamente
eficaces.