El tratamiento inicial es sintomático, igual que en la luxación primaria, con una reducción si es necesario y la colocación del brazo en cabestrillo, complementado con analgésicos.
El tratamiento definitivo siempre es quirúrgico y consiste en la reinserción del desgarro del rodete o la cápsula desinsertada, ya sea con anclajes por artroscopia o con cirugía abierta cuando se requiera la colocación de un tope óseo para evitar nuevas recidivas.