Se tratan los trastornos identificados. Si la etiología no
es claramente benigna, los pacientes generalmente ingresan en el hospital o en una
unidad de observación para someterse a monitorización cardíaca y una evaluación
más extensa.
Los síntomas se tratan con acetaminofeno u opioides según
sea necesario a la espera del diagnóstico.
El alivio del dolor después del tratamiento con
opiáceos no debe disminuir la urgencia para descartar enfermedades graves
y mortales.