La picazón es frecuente en la mayoría de las embarazadas, pero la excoriación es infrecuente. Las lesiones cursan con intenso picor, son enrojecidas, sólidas, superficiales y elevadas; algunas están rodeados de zona blanquecina o tienen diminutas vesículas en el centro.
Las lesiones comienzan en el abdomen, con frecuencia en las estrías, extendiéndose a los muslos, las nalgas y ocasionalmente los brazos. Generalmente las palmas de las manos, plantas de los pies y cara están conservadas.