El tratamiento de la polimiositis o dermatomiositis se basa en:
• Corticoesteroides
• A veces inmunosupresores (p. ej., metotrexato, azatioprina, ciclosporina, inmunoglobulina i.v.)
Las actividades físicas deberían restringirse moderadamente hasta la remisión de la inflamación. Inicialmente, los corticoesteroides son el fármaco de elección.
Los controles de la creatincinasa (CK) proporcionan la mejor guía de la eficacia terapéutica, con una normalización en la mayoría de los pacientes al cabo de 6 a 12 semanas, seguido de la mejora de la fuerza muscular. Una vez que las concentraciones enzimáticas se han normalizado, la prednisona puede reducirse gradualmente. Si aumentan las concentraciones enzimáticas musculares, se aumenta la dosis.
En los niños, es posible suspender la prednisona después ≥ 1 año de remisión.
De vez en cuando, los pacientes tratados crónicamente con altas dosis de corticoesteroides se muestran cada vez más débiles debido a una miopatía por corticoesteroides.
Si un paciente no responde a los corticoesteroides, o presenta una miopatía por corticoesteroides u otra complicación que exige suspender o disminuir la prednisona, se prescriben inmunosupresores (p. ej., metotrexato, azatioprina, ciclosporina, inmunoglobulina i.v.).
Algunos médicos combinan la prednisona con un inmunosupresor. Otros posibles tratamientos emergentes comprenden rituximab y fármacos contra el factor de necrosis tumoral (TNF).
La miositis asociada a cáncer, a enfermedad metastásica o la miositis por cuerpo de inclusión suelen ser más resistentes a los corticoesteroides. La miositis asociada al cáncer puede remitir si se elimina el tumor.
Las personas con enfermedad autoinmunitaria corren un mayor riesgo de ateroesclerosis y deben vigilarse estrechamente. Los pacientes en tratamiento con corticoesteroides a largo plazo deben recibir profilaxis de la osteoporosis.