ENFERMEDAD
OTOSCLEROSIS (SORDERA)
La otosclerosis es una enfermedad debida al crecimiento excesivo
de los huesos propios del oído y la cápsula laberíntica, que
causa una acumulación anómala de hueso nuevo dentro de la ventana oval.
En la otosclerosis, el hueso nuevo limita la movilidad
del estribo, lo que provoca la pérdida de la audición de conducción.
La otosclerosis también puede causar una sordera parcial neurosensitiva, especialmente cuando el hueso esclerótico no
permite la transmisión.
La mitad de todos los casos son hereditarios. El virus del
sarampión desempeña un papel agravante en los pacientes con predisposición
genética a la otosclerosis.
Aunque aproximadamente el 10% de los adultos de raza blanca
tienen otosclerosis (en comparación con el 1% de los negros), sólo un 10%
de las personas afectadas presentan pérdida de la audición de conducción.
La pérdida de la audición por otosclerosis puede
manifestarse ya a los siete u ocho años, pero la mayoría de los casos no son evidentes
hasta el final de la adolescencia o los primeros años de la edad
adulta. Es entonces cuando se diagnostica una pérdida de la audición
lenta, progresiva y asimétrica.
La fijación del estribo puede progresar rápidamente durante
el embarazo.
SÍNTOMAS
OTOSCLEROSIS (SORDERA)
La gravedad de la
discapacidad auditiva viene determinada por la edad en que se produjo la sordera
parcial, la naturaleza de la sordera, su duración, las frecuencias afectadas y
el grado de afectación.
DIAGNÓSTICO
OTOSCLEROSIS (SORDERA)
En la otosclerosis, a veces son necesarias pruebas
audiológicas y una resonancia magnética nuclear (RMN) o una
tomografía computarizada (TC).
La mayoría de las personas con sordera parcial deben someterse
a una audiometría. Esta prueba ayuda a determinar si la sordera es neuronal o
de transmisión.
La TC se realiza en los casos de sospecha de un tumor óseo, erosión
o crecimiento óseo.
La angiorresonancia se realiza para las anomalías vasculares
en que se sospecha de un tumor glómico.