ENFERMEDAD
MASTOPATÍA FIBROQUÍSTICA
La mastopatía fibroquística, conocida también
como displasia mamaria, es una
enfermedad benigna y crónica de la mama que responder a una alteración en la
proliferación del estroma y del parénquima mamario, lo que provoca la aparición
de tumores o quistes palpables.
Si bien se desconoce su etiología, se ha
propuesto la influencia de un desequilibro hormonal, con hiperestrogenismo, como
causante de este trastorno.
La mastopatía fibroquística es la enfermedad
más frecuente de la mama en la mujer premenopáusica, siendo muy rara después de
la menopausia. Se calcula que entre un 45% y un 85% de las pacientes que acuden
a una consulta de mama lo hacen por este cuadro clínico.
Si bien no hay una clínica específica de la
mastopatía fibroquística, el síntoma más frecuente es el dolor mamario. Las
molestias en una o ambas mamas, que resultan dolorosas a la palpación, suelen
tener un carácter cíclico, premenstrual, mejorando con la regla.
La induración mamaria o los nódulos palpables
son otras manifestaciones clínicas de la displasia mamaria.
El embarazo, la lactancia y la menopausia
mejoran la sintomatología.
SÍNTOMAS
MASTOPATÍA FIBROQUÍSTICA
La induración
es un endurecimiento de un tejido causado por edema, inflamación o infiltración
neoplásica.
El dolor de
mamas es cualquier molestia que se presenta en los senos, y suele estar muy
relacionado con los cambios hormonales.
DIAGNÓSTICO
MASTOPATÍA FIBROQUÍSTICA
El diagnóstico de la mastopatía fibroquística
se basa en la clínica, en la exploración física, en las pruebas de imagen y en
el estudio microscópico.
A la exploración física, se palpa un
engrosamiento en forma de placa o múltiples irregularidades en una parte de la
mama, especialmente en los cuadrantes superiores y externos, normalmente bilateral.
En caso de que haya un nódulo dominante, éste se presenta de forma regular, con
los bordes y la superficie bien definidos y escasa movilidad.
Las pruebas de imagen buscan, sobre todo, confirmar
o descartar la presencia de una lesión maligna. La mamografía y la ecografía
son las más utilizadas, siendo esta última la de elección, si bien, en casos
dudosos, puede recurrirse a la resonancia magnética.
Por último, la punción-aspiración con aguja
fina (PAAF) o bien la biopsia con aguja gruesa (BAG) permitirán hacer un diagnóstico
citológico e histológico de las lesiones.
En función de la existencia de proliferación
del componente epitelial y de la presencia o no de atipia en esta
proliferación, se distinguen tres tipos de mastopatía fibroquística:
- No proliferativa.
- Proliferativa sin atipia.
- Proliferativa con atipia (<5%).
Sólo en este último caso, el riesgo de cáncer estará
moderadamente aumentado.
TRATAMIENTO
MASTOPATÍA FIBROQUÍSTICA
En general, la mastopatía fibroquística no
requiere tratamiento, y lo único que hay que hacer es tranquilizar a la
paciente y explicarle la benignidad del proceso. En ocasiones, puede recurrirse
al uso de preparados hormonales, como los progestágenos, en la segunda fase del
ciclo, para compensar el hiperestronismo.