ENFERMEDAD
HERNIA DISCAL CERVICAL
Las vértebras de la columna cervical están separadas
por discos cartilaginosas compuestos por un anillo externo fibroso y un núcleo interno
pulposo. Cuando como resultado de alteraciones degenerativas (con o sin traumatismo) se
produce una protrusión o ruptura, el núcleo se desplaza posteriormente en
el espacio extradural.
Por lo general, las causas más frecuentes de compresión de
las raíces nerviosas cervicales son la hernia discal, los osteofitos o el
estrechamiento del conducto medular (estenosis vertebral).
El desgarro y la protrusión discal causan dolor
y puede aparecer radiculopatía segmentaria con parestesias y debilidad en
la distribución de las raíces cervicales afectadas.
La radiculopatía se produce cuando el núcleo herniado causa
compresión o cuando agentes inflamatorios irritan la raíz nerviosa. Las
vertebras afectadas con mayor frecuencia son C6 y C7.
La hernia cervical causa dolor durante la flexión o la
inclinación del cuello.
La compresión de la médula cervical, si es crónica, se
manifiesta con parálisis espástica de las extremidades inferiores y, si es
aguda, puede causar hemiparesia o cuadriparesia.
SÍNTOMAS
HERNIA DISCAL CERVICAL
La cervicobraquialgia
es el dolor que comprende síntomas desde el cuello hasta el brazo
e incluso puede llegar a los dedos de la mano.
El dolor típico es urente,
punzante o lancinante. La cervicobraquialgia puede darse con o sin dolor cervical.
La maniobra de toser puede empeorar el dolor.
Los
pacientes pueden referir entumecimiento y a veces debilidad en el miembro afectado.
DIAGNÓSTICO
HERNIA DISCAL CERVICAL
El diagnóstico de la hernia discal cervical se realiza
mediante RMN o TAC, que pueden identificar la causa y el nivel exacto de la
lesión. Los estudios electromiográficos (EMG) pueden ayudar a identificar
la raíz afectada.
La hernia discal cervical asintomática es
frecuente, y el médico debe correlacionar cuidadosamente los
síntomas clínicos con las anomalías detectadas en la RMN antes
de considerar procedimientos invasivos.
TRATAMIENTO
HERNIA DISCAL CERVICAL
Inicialmente, el tratamiento es conservador y sólo se utilizan procedimientos invasivos si existe déficit neurológico progresivo o grave, en cuyo caso la intervención quirúrgica debe ser inmediata si existen signos de compresión medular.
Dado que la hernia discal se deseca con el tiempo, los síntomas tienden a disminuir independientemente del tratamiento. Hasta el 95% de los pacientes pueden recuperarse sin cirugía antes de los 3 meses y el tratamiento debe ser conservador, a menos que los déficits neurológicos sean progresivos o graves.
Hay que restringir la actividad física, pero la deambulación y la actividad ligera están permitidas; el reposo prolongado (incluida la tracción) está contraindicado.
Los AINE, el paracetamol u otros analgésicos deben utilizarse según sea necesario para aliviar el dolor.
La fisioterapia puede mejorar la postura y fortalecer los músculos cervicales, reduciendo así los movimientos que más irritan o comprimen la raíz nerviosa si la afección es leve.
Si el dolor y las contracturas son importantes pero no hay signos neurológicos de alarma, la fisioterapia con láser suave puede eliminar el dolor y la inflamación y acortar el período de desecado del disco, evitando la cirugía.
La discectomía microscópica y la laminectomía con extirpación quirúrgica de una hernia discal suelen ser los procedimientos de elección.
Se está evaluando la cirugía percutánea para eliminar el material del disco. No se recomienda la disolución del material de la hernia discal con inyecciones locales de la enzima quimopapaína.
Las lesiones que provocan compresión aguda de la médula espinal requieren descompresión quirúrgica inmediata, de lo contrario los tratamientos quirúrgicos son ineficaces.