ENFERMEDAD
DISURIA EN LA MUJER
La disuria es el resultado de la irritación del trígono de la vejiga o de la uretra, que provoca la contracción de la vejiga y lleva a una micción frecuente y dolorosa. La mayoría de las veces es consecuencia de una infección de las vías urinarias bajas, pero también podría estar asociada a una infección de las vías urinarias altas.
El deterioro renal es el principal motivo de micción frecuente con las infecciones de las vías urinarias altas.
La disuria suele deberse a una inflamación de la vejiga, aunque las lesiones perineales en la mujer (p. ej., infección vírica, vulvovaginitis o herpes simple) pueden ser dolorosas cuando entran en contacto con la orina. La mayoría de los casos están causados por una infección, pero a veces la causa es un trastorno no inflamatorio. En general, las causas más frecuentes de disuria son cistitis, uretritis o una enfermedad de transmisión sexual.
En la cistitis, en las mujeres jóvenes y sanas que presentan disuria clásica, muchos médicos recetan antibióticos tras llevar a cabo un análisis de orina; otros toman una muestra de orina de la mitad del chorro miccional para realizar el análisis de orina y el urocultivo porque es más limpia.
Algunos médicos aplazan el cultivo a menos que se detecten glóbulos blancos.
En las mujeres en edad de procrear, debe realizarse una prueba del embarazo porque la disuria puede llevar a parto prematuro o rotura prematura de membranas.
En presencia de secreción vaginal, muchos médicos toman sistemáticamente muestras del cuello uterino para realizar un cultivo de gonococos y clamidias, porque muchas pacientes infectadas no tienen una presentación típica.
DIAGNÓSTICO
DISURIA EN LA MUJER
Cuando hay disuria o dolor al orinar en la mujer, inicialmente
se lleva a cabo una revisión de las constantes vitales, particularmente la
presencia de fiebre.
La zona paralumbar es sensible a la percusión cuando hay
afectación de los riñones; en el abdomen se observa hipersensibilidad a la
palpación de la vejiga. En las mujeres debe llevarse a cabo una exploración ginecológica
para detectar inflamación perineal, lesiones vaginales y secreción del
cuello uterino. Deberían obtenerse muestras con hisopos de las
serosidades en lugar de realizar una exploración más compleja.
Se exploran la piel, las mucosas y las articulaciones para
descartar artritis reactiva (p. ej., conjuntivitis, úlceras orales, lesiones
vesiculares, sensibilidad en las plantas de los pies y alrededor de las uñas).
Deberá realizarse un análisis completo de orina y de
sangre si es preciso.
La detección de bacterias deja entrever una infección.
En las pacientes sintomáticas, a veces unas cifras de leucocitos de tan sólo
102 o 103 indican infección.
La detección de glóbulos blancos en el análisis de orina en
una paciente con un cultivo estéril es un hallazgo inespecífico y
puede darse con una enfermedad de transmisión sexual, la vulvovaginitis, la
tuberculosis, un tumor u otras causas.
La detección de glóbulos rojos en el análisis de orina o
un cultivo estéril indican cáncer, cálculos, cuerpo extraño o instrumentación
reciente de las vías urinarias.
Pueden estar indicados estudios de imagen de las vías
urinarias y la cistoscopia para buscar obstrucción, anomalías anatómicas,
cáncer u otros problemas en las pacientes sin respuesta a los antibióticos, con
síntomas recurrentes o con hematuria sin infección.
Las embarazadas, ancianas y pacientes con disuria prolongada
o recurrente necesitan más atención y un estudio más minucioso.
TRATAMIENTO
DISURIA EN LA MUJER
El tratamiento va dirigido a la causa. Muchos médicos no tratan la disuria en la mujer sin los resultados de un análisis de orina. Si se administra tratamiento, es recomendable una pauta de tres días de trimetoprim-sulfametoxazol, trimetoprim solo o una fluoroquinolona.
Algunos médicos administran tratamiento para enfermedades de transmisión sexual en el varón y la mujer antes de llegar a una conclusión; otros esperan los resultados de las pruebas, especialmente en pacientes fiables.
La disuria aguda con cistitis intolerable puede tratarse con fenazopiridina a las 24-48 horas. Con este fármaco la orina se vuelve de color rojo anaranjado; hay que advertir a los pacientes para que no lo confundan con una infección o con hematuria.
Las infecciones urinarias altas exigen un tratamiento de 10 a 14 días con antibióticos contra los microrganismos gramnegativos, sobre todo Escherichia coli.