ENFERMEDAD
CARIES DENTAL
La caries dental, comúnmente llamada diente picado, prácticamente puede evitarse con agua fluorada, una buena higiene dental, selladores y una alimentación adecuada.
La caries está causada por los ácidos producidos por las bacterias de la placa dental. La placa es una película suave y delgada de bacterias, mucina, células epiteliales muertas y restos de alimentos que aparecen en la superficie del diente a las 24 horas de cepillarse.
El "Streptococus mutans" es una bacteria relacionada con el crecimiento de la placa, que puede causar caries. Algunas cepas son más cariogénicas que otras. Al final, se produce mineralización, principalmente de calcio, fosfatos y otros minerales, y aparece el cálculo (placa dura o sarro), que no puede eliminarse fácilmente con un cepillo de dientes.
Hay varios factores de riesgo para la caries:
- Defectos dentales
- Acidez alta o baja de flúor
- Reducción del flujo salival
Muchos dientes tienen unas ranuras que pueden extenderse desde la superficie hasta la dentina, el esmalte y la pulpa. Estos defectos pueden ser lo suficientemente anchos como para que las bacterias los colonicen y no se puedan limpiar eficazmente.
El consumo elevado de azúcar en la alimentación proporciona nutrientes para la formación de bacterias en la placa dental.
La superficie del diente es más susceptible a la caries cuando está poco calcificada, tiene poco flúor o se encuentra en un entorno ácido. Normalmente, la descalcificación se inicia cuando el pH dental cae por debajo de 5,5 (p. ej., cuando las bacterias lácticas ácidas colonizan la zona o cuando la gente bebe refrescos de cola, que contienen ácido fosfórico).
En los dientes de leche, el contacto prolongado de los dientes del lactante con la leche o los zumos, normalmente cuando un bebé se va a la cama con un biberón de leche, es perjudicial. Por lo tanto, al acostarse los biberones sólo deben contener agua.
A menudo, los ancianos toman medicamentos que reducen el flujo salival y predisponen a la caries. Los ancianos también tienen una mayor incidencia de caries debido a la recesión gingival, la exposición de las superficies radiculares y la disminución de la destreza manual para la higiene bucal.
Si no se trata, la caries lleva a destrucción, infección y necesidad de extracciones y prótesis dentales.
La pérdida prematura de los dientes de leche puede desplazar los dientes adyacentes y obstaculizar la erupción de los dientes permanentes.
SÍNTOMAS
CARIES DENTAL
La caries, que
inicialmente afecta sólo al esmalte, es asintomática. Una caries que
invade la dentina provoca dolor, en primer lugar, con los alimentos, bebidas frías o calientes y dulces al entrar en contacto con el diente; y más tarde al masticar
o percutir el diente.
La caries, que
inicialmente afecta sólo al esmalte, es asintomática. El
dolor puede ser intenso y persistente cuando la pulpa está gravemente afectada.
TRATAMIENTO
CARIES DENTAL
La caries incipiente (que se limita al esmalte) debe remineralizarse mediante un mayor cuidado en el hogar (cepillado y limpieza con hilo dental), dentífricos con flúor o aplicaciones de flúor en el consultorio dental.
El principal tratamiento de la caries que ha penetrado en la dentina es la extirpación del foco mediante perforación, seguido de la colocación de un empaste en el defecto resultante. Para cavidades muy profundas, se coloca un empaste temporal durante 6 a 10 semanas con la esperanza de que el diente deposite la dentina reparadora y el conducto radicular no se vea afectado.
Los empastes para las superficies oclusivas de los dientes posteriores, que son las que soportan la mayor parte de la masticación, deben estar compuestos de materiales resistentes.
El material más frecuente ha sido la amalgama, que combina plata, mercurio, cobre, estaño y, a veces, cinc, paladio o indio. La amalgama es más barata que otros materiales y dura un promedio de 14 años.
Sin embargo, si la higiene oral es buena y la amalgama se colocó con un dique de goma para aislar la saliva, muchos empastes de amalgama duran hasta 40 años.
Aunque existe preocupación sobre la toxicidad del mercurio, el número de empastes de amalgama que una persona tiene no guarda relación con las concentraciones de mercurio en la sangre.
No se recomienda reemplazar la amalgama porque es caro, daña la estructura dental y aumenta la exposición del paciente al mercurio.
Los composites tienen un aspecto más aceptable, se han utilizado durante mucho tiempo en los dientes anteriores, donde la estética es importante y las fuerzas masticatorias son mínimas. Algunos pacientes también los solicitan en dientes posteriores y suelen ser habituales.
Sin embargo, los composites sometidos a una alta tensión oclusiva generalmente duran menos de la mitad de tiempo que las amalgamas y tienden a presentar caries recurrentes, porque el composite se contrae cuando se endurece y es más sensible que otros materiales de empaste al contacto con el calor o el frío.
Los composites de la generación actual se parecen al esmalte, pero no parecen tener la misma incidencia de caries recurrente que los materiales anteriores y pueden durar más tiempo. Sin embargo, aunque los resultados a largo plazo con estos sustitutos de la amalgama más recientes parecen buenos, aún no disponemos de datos equivalentes en número y duración a los de la amalgama.
Si la caries traspasa la dentina, debe colocarse una funda de oro, plata o composite para sustituir la dentina coronal. Este procedimiento requiere abrir el diente y extirpar la pulpa. Se realiza un desbridamiento completo del sistema radicular y después se coloca el empaste.
Las superficies exteriores del diente (el esmalte) se reducen para poder colocar una corona artificial, normalmente de oro, porcelana o ambos. Las coronas para los dientes anteriores están cubiertas de porcelana.