ENFERMEDAD
ACNÉ VULGAR
El acné vulgar, especialmente frecuente en
adolescentes, es una enfermedad cutánea en la que la obstrucción e inflamación
de los folículos pilosos y las glándulas sebáceas asociadas provoca la
formación de comedones (acné no inflamatorio) cerrados (puntos blancos) o abiertos
(puntos negros o espinillas), así como de pápulas, pústulas, nódulos y/o
quistes (acné inflamatorio).
Tapones de grasa y células de la epidermis
descamadas (queratinocitos) obstruyen las unidades pilosebáceas que pueden
colonizarse e infectarse por Propionibacterium
acnes, un microorganismo anaerobio comensal habitual de la piel, que, de
estimular la inflamación del folículo, provocará la aparición de acné
inflamatorio.
La pubertad, momento en el cual las
concentraciones de andrógenos estimulan la producción de grasa y la
proliferación de los queratinocitos, suele ser el desencadenante más frecuente,
sin olvidar los cambios hormonales asociados al ciclo menstrual, el uso de
determinados cosméticos o de según qué tipo de ropa, la humedad y la
sudoración.
Las zonas de la piel con mayor densidad de
glándulas sebáceas, como la cara, el pecho y la parte superior de la espalda,
serán las que se verán más afectadas.
Las lesiones del acné vulgar pueden
clasificarse en lesiones no inflamatorias, lesiones inflamatorias y lesiones
residuales.
Las lesiones
no inflamatorias (comedones) aparecen como puntos blancos (comedones
cerrados) o negros (comedones abiertos), de 1 a 3 mm de diámetro, que no causan
síntomas físicos, siendo su mayor repercusión el estrés emocional que generan.
Dentro de las lesiones inflamatorias superficiales, destacan las pápulas y las
pústulas, lesiones rojizas sobreelevadas de 2 a 5 mm de diámetro, ligeramente
dolorosas a la palpación, en las que el epitelio folicular está dañado y hay
acumulación de glóbulos blancos (neutrófilos y linfocitos). Los nódulos, más
grandes, profundos y sólidos que las pápulas, son lesiones muy dolorosas y de
curación más lenta. Finalmente, entre las formas inflamatorias, destacan los
quistes, que son nódulos supurativos que pueden llegar a infectarse y a formar
abscesos.
El acné de cualquier gravedad suele remitir de
forma espontánea hacia los 20 años de edad, si bien muchos adultos pueden desarrollar
lesiones leves y aisladas de acné. Destacar que mientras las formas no
inflamatorias o inflamatorias leves curan normalmente sin dejar cicatrices, el
acné inflamatorio moderado a grave, si bien también se cura, deja a menudo cicatrices
deprimidas o hipertróficas (lesiones residuales). Pero las secuelas no son sólo
físicas: el acné puede ser un factor de estrés muy importante para los que lo
padecen.
SÍNTOMAS
ACNÉ VULGAR
Las pústulas son lesiones inflamatorias superficiales propias del acné vulgar, de color rojizo y sobre elevadas, de 2 a 5 milímetros de diámetro, ligeramente dolorosas a la palpación, en las que el epitelio folicular está dañado o hay acumulación de pus
Las pápulas del acné son lesiones inflamatorias superficiales sobreelevadas, propias del acné vulgar, de color rojizo, de 2 a 5 milimetros de diámetro, ligeramente dolorosas a la palpación, en las que el epitelio folicular está dañado.
Los nódulos son lesiones inflamatorias propias del acné vulgar, más grandes, profundos y sólidos
que las pápulas, son dolorosos y de curación más lenta.
Las granos o comedones
son lesiones no inflamatorias propias
del acné vulgar, con forma de puntos blancos (comedones cerrados) o negros
(comedones abiertos o espinillas) de 1 a 3 milímetros de diámetro, que aparecen cuando
el canal del folículo de la glándula sebácea se obstruye debido a una excesiva
queratosis.
Los quistes son lesiones inflamatorias propias del acné vulgar. Son nódulos que pueden llegar a infectarse y a formar abscesos.
DIAGNÓSTICO
ACNÉ VULGAR
El diagnóstico del acné se realiza mediante el
examen físico. Tras evaluar los factores predisponentes, deberá valorarse la
gravedad del cuadro ((leve, moderada o grave) y evaluar su impacto psicosocial.
La rosácea (sin comedones), el acné inducido
por corticoides (sin comedones y con pústulas en el mismo estadio de
evolución), la dermatitis peribucal (distribución peribucal y periorbitaria) y
las erupciones acneiformes por fármacos deberán formar parte del diagnóstico
diferencia del acné vulgar.
TRATAMIENTO
ACNÉ VULGAR
Además de la limpieza diaria de las zonas
afectadas, el tratamiento del acné vulgar incluye una variedad de fármacos
tópicos y sistémicos para intentar disminuir la producción de grasa, la
infección y la inflamación, así como para lograr una queratinización normal,
que variarán en función de la gravedad del cuadro:
- Acné no inflamatorio:
tretinoína tópica.
- Acné
inflamatorio leve: antibióticos tópicos, peróxido de benzoilo o ambos.
- Acné
inflamatorio moderado: antibióticos orales.
- Acné
inflamatorio grave: isotretinoína por vía oral.
- Acné inflamatorio quístico: triamcinolona
intralesional.
La educación del paciente y la elaboración de
un plan terapéutico que éste pueda cumplir serán claves para una buena
adherencia al tratamiento y un correcto seguimiento del mismo, bases
fundamentales para conseguir el éxito.