El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es clínico.
Durante la exploración neurológica, los pacientes no pueden realizar movimientos
alternantes o rápidos.
La enfermedad de Parkinson se confirma por la presencia de
otros signos característicos (p. ej., ausencia de parpadeo, ausencia de
expresión facial, deterioro de los reflejos posturales, anomalías de la
marcha). El temblor sin otros signos característicos deja entrever una enfermedad
temprana.
Generalmente, la sensibilidad y la fuerza son normales. Los
reflejos también son normales, pero pueden ser difíciles de obtener debido al marcado temblor
o la rigidez.
Los pacientes no pueden inhibir el reflejo del músculo
frontal cuando se explora (reflejo glabelar o signo de Myerson).
El movimiento lento y la espasticidad se deben a las
lesiones corticoespinales.
La rigidez en la enfermedad de Parkinson es diferente,
porque la resistencia no varía con los movimientos.