La diarrea aguda (< 4 días) por lo general no requiere
pruebas. Las excepciones son los pacientes con signos de deshidratación, heces sanguinolentas,
fiebre, dolor intenso, hipotensión arterial o tóxicos, en particular los que
son muy jóvenes o muy mayores. En estos pacientes hay que obtener un hemograma
y determinar los electrólitos, la concentración sanguínea de urea y la creatinina.
Hay que tomar muestras de heces para microbiología, cultivos
y la prueba de leucocitos fecales.
La diarrea crónica (> 4 semanas) exige una evaluación, al
igual que un brote de diarrea más corto (1 a 3 semanas) en pacientes
inmunocomprometidos.