Cuando hay disuria o dolor al orinar en la mujer, inicialmente
se lleva a cabo una revisión de las constantes vitales, particularmente la
presencia de fiebre.
La zona paralumbar es sensible a la percusión cuando hay
afectación de los riñones; en el abdomen se observa hipersensibilidad a la
palpación de la vejiga. En las mujeres debe llevarse a cabo una exploración ginecológica
para detectar inflamación perineal, lesiones vaginales y secreción del
cuello uterino. Deberían obtenerse muestras con hisopos de las
serosidades en lugar de realizar una exploración más compleja.
Se exploran la piel, las mucosas y las articulaciones para
descartar artritis reactiva (p. ej., conjuntivitis, úlceras orales, lesiones
vesiculares, sensibilidad en las plantas de los pies y alrededor de las uñas).
Deberá realizarse un análisis completo de orina y de
sangre si es preciso.
La detección de bacterias deja entrever una infección.
En las pacientes sintomáticas, a veces unas cifras de leucocitos de tan sólo
102 o 103 indican infección.
La detección de glóbulos blancos en el análisis de orina en
una paciente con un cultivo estéril es un hallazgo inespecífico y
puede darse con una enfermedad de transmisión sexual, la vulvovaginitis, la
tuberculosis, un tumor u otras causas.
La detección de glóbulos rojos en el análisis de orina o
un cultivo estéril indican cáncer, cálculos, cuerpo extraño o instrumentación
reciente de las vías urinarias.
Pueden estar indicados estudios de imagen de las vías
urinarias y la cistoscopia para buscar obstrucción, anomalías anatómicas,
cáncer u otros problemas en las pacientes sin respuesta a los antibióticos, con
síntomas recurrentes o con hematuria sin infección.
Las embarazadas, ancianas y pacientes con disuria prolongada
o recurrente necesitan más atención y un estudio más minucioso.