El diagnóstico se basa en la medición de la
concentración sérica de potasio (hipopotasemia <3,5 mEq/l e hiperpotasemia
>5,5 mEq/l). En ocasiones, puede ser necesario realizar un electrocardiograma,
medir las concentraciones de potasio en orina de 24 horas, revisar el consumo
de fármacos o evaluar la función renal.