El diagnóstico del estrabismo es clínico y comprende la
observación del reflejo de la luz sobre la córnea, así como
la prueba de cobertura de un ojo.
El estrabismo puede detectarse durante las revisiones
habituales en los niños.
La anamnesis debe incluir preguntas sobre los antecedentes familiares
de ambliopía o estrabismo y, si la familia o los cuidadores han notado una
desviación de la mirada, preguntas acerca de cuándo apareció la desviación,
cuándo o cómo se da, y si hay preferencia por un ojo para mirar.
La exploración física debe comprender una evaluación de la
agudeza visual, la reactividad del niño y la amplitud de los movimientos
extraoculares. Es importante realizar una exploración neurológica en particular
de los pares craneales.
La prueba del reflejo corneal es una
buena prueba de detección, pero no es muy sensible para detectar pequeñas
desviaciones. El niño mira una luz y se observa el reflejo pupilar;
normalmente, el reflejo aparece simétrico (es decir, en la misma ubicación).
El uso de aparatos para el cribado de la visión por
personal especializado es útil para identificar a los niños en
situación de riesgo.
Hay que diferenciar el estrabismo del seudoestrabismo, que
es la aparición de una esotropía en el niño con buena agudeza
visual en ambos ojos. Un puente nasal ancho o pliegues nasales amplios
tapan gran parte de la esclerótica cuando se observa lateralmente.
El reflejo fotomotor y las pruebas de cobertura de
un ojo son normales en un niño con seudoestrabismo.