La negación es una característica propia de
estos pacientes, quiénes a menudo se resisten a la evaluación y al tratamiento.
Un peso corporal ≤85% del peso esperado, con
un IMC de <17,5 kg/m2, el miedo a la obesidad, la alteración de
la imagen corporal y, en las mujeres, la amenorrea son criterios clínicos que
permiten el diagnóstico de este trastorno de la conducta alimentaria.